Un pequeño grupo en Barcelona armado con pistolas de agua de juguete se convierte en noticia en todo el mundo al rociar a turistas en cafés al aire libre como protesta contra el turismo masivo en la ciudad. A pesar de generar empleo e ingresos, el turismo representa una presión significativa en Barcelona. Las tensiones entre residentes y visitantes han aumentado, y las autoridades están tratando de equilibrar la industria turística con las necesidades de la población local. Medidas como duplicar el impuesto turístico están siendo propuestas para aliviar la escasez de vivienda y controlar el impacto negativo del turismo en la ciudad. Con la llegada inminente de multitudes de turistas este verano, las autoridades buscan cambiar la percepción negativa de que Barcelona no quiere turistas. A pesar de la importancia del turismo para la economía de la ciudad, los residentes locales se sienten invadidos por las multitudes y luchan por mantener su identidad frente a la creciente industria turística. La ciudad está implementando medidas para gestionar mejor las multitudes y mejorar la experiencia turística en lugares icónicos como La Rambla y la Sagrada Familia. Los desafíos asociados con el turismo masivo en Barcelona siguen generando controversia y debates sobre cómo equilibrar el desarrollo económico con la calidad de vida de sus residentes.
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